Compuesta por el Mayor de Banda Domingo de Ruvo, publicado en boletín oficial del 11 de octubre de 1941.
I
II
Coro
III
Cuando jures la Bandera y te acerques a besarla, piensa que pones los labios en el rostro de la Patria. Será el gesto más puro la caricia más honrada porque al besar la Bandera besas la Argentina amada. Entre sus pliegues de seda se quedarán tus palabras para que el Señor te premie si las cumples y las guardas. Y si al fin mueres por ella, ella será tu mortaja. Tu cuerpo descansará en los brazos de la Patria porque te juro hijo mío Argentina está completa en la enseña azul y blanca.
El Prelado hizo esta afirmación al referirse al problema fundamental que enfrenta la cultura contemporánea, que es “la indiferencia por la verdad o el relativismo”, es decir, “el descenso del orden de la verdad al campo contingente y variable de las opiniones: ‘Yo tengo mi verdad, tú tienes tú verdad’”.
Dijo que en el ámbito de la fe y su transmisión “se ha dado también una especie de descenso o de caída”, es decir, se ha filtrado “la idea de que la fe es ante todo una emoción, una vivencia, un sentimiento, pero no la firme convicción en la verdad de la Revelación Divina”. Indicó que ello se refleja en la
“Sin duda, la fe es una adhesión personal a Dios por medio de Cristo Nuestro Salvador, el Gran Revelador del Padre; pero Cristo es el Logos, el Verbo de Dios, la Palabra de Dios y, la verdad de la fe que Cristo nos ha transmitido se articula en un cuerpo doctrinal, el que la Iglesia ha venido desarrollando y enseñando a lo largo de los siglos. Ese es el contenido de nuestra fe”, explicó.
Mons. Aguer advirtió que lo peor es que el cristiano es confundido por “muchas opiniones teológicas discutibles y aun claramente erróneas”, que “son obra de personajes muy conocidos, de teólogos renombrados, de escritores cuyos libros se ponen de moda”, y que hacen “que la cabeza de muchos católicos” sea “un almacén de ideas raras en el que falta la clara, serena y gozosa convicción acerca de la verdad de nuestra fe”.
Ante ello, el Prelado dijo que es “de máxima urgencia” recuperar “el nivel de conocimiento que es propio de la fe”, porque ella “no es sólo una adhesión personal a Cristo que procede de nuestra voluntad movida por la gracia divina, sino también iluminación de nuestra inteligencia que afirma con convicción la verdad revelada por Dios”.
“Tenemos que recuperar el sentido de la verdad. Si este sentido de la verdad no impregna nuestra psicología, si no llena de gozo nuestra vida, ¿cómo podremos dar testimonio de la verdad ante un mundo que descree de ella?”, expresó.En ese sentido, Mons. Aguer recordó que “esa verdad de la fe la tenemos expuesta en el Catecismo de la Iglesia Católica, y sintetizada en el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica”.