En su reflexión semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (sábados por Canal 9 a las 7:00 hs), Mons. Héctor Aguer –Arzobispo de La Plata- afirmó que, en la Argentina, “la mentalidad pro-abortista crece al amparo del favor oficial” y que es “tremendo constatar cómo ha avanzado la cultura de la muerte en la Argentina. Especialmente en el caso de la negación del derecho a la vida de los niños por nacer”.
Indicó que “la Argentina se va deslizando de una manera implacable por esta pendiente de la cultura de la muerte. Esto ha ocurrido especialmente en los últimos cuatro años. Luego se preguntó: “¿Adónde vamos a llegar?” e invitó “a reflexionar una vez más porque hemos de tomar conciencia de que todos tenemos una responsabilidad de este asunto; no sólo los obispos, que tenemos el deber de hablar con insistencia y claridad. Todos debemos actuar, tratar de impedir que siga avanzando esa mentalidad favorable a la legalización del aborto, promovida, en general, por muchos medios de comunicación y que crece al amparo del favor oficial”.
Al respecto, lamentó el accionar del Ministro de Salud de la Nación, el del titular de la cartera de Salud Bonaerense y el de la titular del INADI.
A continuación adjuntamos el texto completo de la alocución televisiva de Mons. Héctor Aguer:
“Resulta tremendo constatar cómo ha avanzado, en los últimos años, la cultura de la muerte en la Argentina. Especialmente en el caso de la negación del derecho a la vida de los niños por nacer. Basta registrar que importantes funcionarios de la administració n actual se pronuncian con mucha frecuencia a favor de la legalización del aborto”.
“El Ministro de Salud de la Nación no pierde ocasión para hacerlo, en nombre de la asepsia; parece que fuera un problema sanitario. La presidenta del INADI, el Instituto Nacional contra la Discriminació n, lo hace en nombre de los derechos humanos. Por supuesto, olvidando el derecho de los niños que serán masacrados gracias a su intervención. El ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires ha dado permiso para practicar abortos, por medio de un protocolo semiclandestino”.
“Ahora hay un proyecto de ley en el Congreso de la Nación que apunta a un primer paso en la legalización del aborto, a partir de las dos excusas absolutorias que ofrece el artículo 86 del Código Penal. Excusa absolutoria no significa permiso, o concesión, sino que en dos casos el delito –que no deja de ser tal– no es castigado: cuando hay peligro para la salud o la vida de la madre y cuando se trata de una mujer idiota o demente violada. El lenguaje es el propio de los años veinte del siglo pasado, época en la que reinaba una mentalidad eugenésica y en la que la medicina no contaba con los recursos que hoy hacen innecesario tener que elegir entre la vida de la madre y la del hijo. Aquellas excusas absolutorias del Código Penal, además de anticuadas, son claramente anticonstitucionale s, porque nuestra Constitución Nacional ha incorporado la valoración y la defensa del derecho a la vida desde el instante de la concepción”.
“Sin embargo, parece que eso no es tenido en cuenta. Ahora se quiere ampliar la despenalizació n de aquellos dos casos y otorgar la facultad de abortar para todo caso de violación y en favor de la salud psíquica y social de la madre. Es el primer paso hacia la total legalización de lo que el Concilio Vaticano II llamó “crimen abominable”.
“La presión de los funcionarios y legisladores que procuran la despenalizació n se apoya en las conocidas tácticas del movimiento pro-abortista mundial, que incluye la manipulación de las estadísticas. Llegan hasta afirmar que hay tantos abortos (clandestinos) como nacimientos”.
“Otras veces hemos hablado con ustedes sobre este tema desde el punto de vista científico, del derecho natural y del sentido común. Hoy quiero proponer una reflexión desde otra perspectiva, más alta, si se quiere; desde el quinto mandamiento, que afirma ¡no matarás! Uno tiene que preguntarse cuál va a ser la calidad moral de un pueblo en el que se legaliza la masacre, el holocausto, la eliminación de los inocentes; de aquellos que son más inocentes que nadie, los niños que todavía no han nacido. A las numerosas injusticias que subsisten en la sociedad argentina se quiere añadir una injusticia suprema”.
“Pensemos el problema del aborto desde esa perspectiva teológica y bíblica: ¡no matarás! Pensemos en la calidad moral de un mundo así, donde la liquidación de los niños por nacer se permite por ley. En los países donde se ha legalizado el aborto, el fenómeno abortista ha crecido en forma exponencial. No será extraño que, además, se acabe persiguiendo a aquellos que interpongan una objeción de conciencia ante tamaña iniquidad”.
“La Argentina se va deslizando continuamente, y de una manera implacable, por esta pendiente de la cultura de la muerte. Esto ha ocurrido especialmente en los últimos cuatro años. ¿Adónde vamos a llegar? Los invito a reflexionar una vez más porque hemos de tomar conciencia de que todos tenemos una responsabilidad de este asunto; no sólo los obispos, que tenemos el deber de hablar con insistencia y claridad. Todos debemos actuar, tratar de impedir que siga avanzando esa mentalidad favorable a la legalización del aborto, promovida, en general, por muchos medios de comunicación y que crece al amparo del favor oficial”.
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