martes, 15 de septiembre de 2009

HASTA SIEMPRE "MI CORONEL"

San Carlos de Bariloche, 8 de septiembre de 2009

Sr. Director

Se ha muerto un soldado, un verdadero soldado, un caballero cristiano que dedicó su vida a la defensa de los valores de Dios y la Patria.

De todas las virtudes que los manuales del mando establecen que debe tener un buen jefe, el coronel Mohamed Alí Seineldín, las tenía todas. El permanente ejemplo personal y el amor a sus subalternos, a mi juicio, eran las que más lo caracterizaban y lo hacían una persona distinta a las demás, de esas que nacen de tanto en tanto en la historia de los pueblos.
Siempre, desde muy joven, fue un soldado muy disciplinado y muy subordinado. Quienes no lo conocen y lo califican como un "golpista", no tienen ni la menor idea de lo que dicen. Cuando se puso al frente de los pronunciamientos "carapintadas" dignificadores de las FF.AA., lo hizo para unir al Ejército que estaba siendo profundamente dividido y socavado en su esencia por un poder político que, al igual que ahora, buscaba la destrucción de las FF.AA tradicionales.
En ese entonces el coronel Seineldín, al igual que San Martín y Belgrano en su época, no dudó en insubordinarse al poder político y se puso a la cabeza de los pronunciamientos "carapintadas". Quienes lo conocimos profundamente y tuvimos el altísimo honor de servir a sus órdenes, bien sabemos cuánto le costó tomar esa decisión. Y a pesar de todo lo que significaba, la tomó.

Sin dudas él fue el mejor soldado que el Ejército Argentino ha tenido en las épocas modernas.
No tengo palabras para expresar lo que mi corazón siente por haberme distinguido con su sincera amistad.

En su despedida de este mundo terreno, no tuvo los honores militares que le hubiesen correspondido para alguien de su jerarquía, pero tuvo la mejor despedida que un ser humano puede tener, la de aquellos que siempre supimos que clase de soldado y argentino estábamos despidiendo.

Los honores que le brindamos, su familia, sus amigos, sus subalternos y la gente que siempre creyó en él y en ese profundo amor al prójimo que lo caracterizo, fue la mejor despedidad que le pudimos dar.

Él hizo mucho por el Ejército terrenal y ahora está sirviendo en las filas del Ejército Celestial.
¡Hasta el próximo combate mi Coronel!

¡Por Dios y por la Patria!

Hugo Reinaldo Abete

Ex Mayor E.A.


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