Un pastor solícito por su rebaño
Algunos diarios han tratado de incriminar al Papa Benedicto XVI por encubrimiento de delitos de pedorfilia, en la época en que era Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y algunas voces estridentes llegan hasta el extremo de proponer su encarcelamiento.
Según nuestro parecer, ese es el mayor error del adversario en la actual campaña contra
La injusticia de los acusadores se muestra más flagrante cuando, al comprobar los hechos, se constata que fue Benedicto XVI, cuando aún era Cardenal, quien más actuó para erradicar el problema, habiéndose acentuado su celo cuando ocupó la Cátedra de Pedro.
Es muy significativa
Destáquese igualmente que, en mayo de 2001, el entonces Cardenal Ratzinger envió una carta a los obispos, ordenando que le fueran encaminadas todas las acusaciones contra clérigos, fuesen viejas o nuevas. Con esa iniciativa,
Contrariamente a lo que ciertos medios han propagado, la referida carta no prohibía comunicarse con la policía para denunciar eventuales abusos. En realidad, los obispos de algunas partes del mundo — como Estados Unidos, Inglaterra y Canadá — habían adoptado el procedimiento de comunicar a las autoridades policiales, cuando hubiese algún caso confirmado.
Por otra parte, el Vaticano ha establecido normas que tornan rigurosa la selección de los candidatos al seminario. Además, ha llevado a cabo iniciativas como el Año Sacerdotal, aún en curso, y el Congreso Teológico Internacional, realizado en Roma en el último mes de marzo, con el objetivo de renovar el clero y extirpar algunos conceptos erróneos sobre el sacerdocio, causados por una “hermenéutica de la discontinuidad y de la ruptura”[71] frente al Concilio Vaticano II.
Esperamos que esas brisas de renovación lleven un poco de consuelo a las víctimas de los horribles delitos cometidos por hombres que, como representantes de Dios, deberían ser los primeros protectores de los niños y de los jóvenes. Nos compadecemos de ellas y compartimos sus sufrimientos y desilusiones, ofreciendo por ellas nuestras oraciones. Por cierto, la tragedia que las afectó nos mueve, una vez más, a recordar con dolor a los incontables niños que fueron víctimas del cruel paganismo en la Antigüedad.
De cada persecución, la Iglesia sale fortalecida
Contemplando su propia historia,
Como en embestidas anteriores, ella saldrá aún más fuerte del actual combate. Numerosas reacciones por el mundo ya anticipan tal desenlace. En Irlanda y en España, las iglesias se llenaron durante
Para destacar la perennidad de
Recordemos que “Dios es el Señor del mundo y de la historia”[74]. Fue El mismo quien decretó que “las puertas del Infierno” no prevalecerían contra su Iglesia (Mt 16,18).
[1] Es necesario exceptuar al pueblo judío. Sin embargo, incluso algunas prácticas del Pueblo Elegido fueron suavizadas por Nuestro Señor Jesucristo, o posteriormente modificadas.
[2] Cf. por ex. ARISTIDES, Apologeticum (escrito entre 123 y 127 d.C.); JUSTINUS, Apología Prima (entre 153 e155 d.C.); ARNOBIUS, Disputationum Adversus Gentes (entre 304 y 312 d.C.).
[3] HERODOTUS. Book 1, “Clio”, n. 181; n.
[4] The Code of Hammurabi, King of Babylon, About 2250 BCE, traducción para el inglés por Robert Francis Harper, Chicago, University of Chicago Press, 1904, nº 181, 182.
[5] MARTINDALE, C. “A religião dos romanos”, in Christus – História das religiões. São Paulo, Saraiva, 1956, v. II, p. 560-561.
[6] PSEUDO-CLEMENTE. The Recognitions, c. 24.
[7] Ibid., c. 27.
[8] COULANGES, Fustel de.
[9] PSEUDO-CLEMENTE, op. cit., c. 25.
[10] The Code of Hammurabi, op. cit., n. 110, 132, 141, 143.
[11] COULANGES, op. cit., p. 78.
[12] Ibid., p. 81.
[13] Ibid., p. 81-82.
[14] Ibid., p. 82.
[15] DANIEL-ROPS, [Henri Pétiot]. A Iglesia dos Apóstolos e dos Mártires. São Paulo, Quadrante, 1988. p. 126-130
[16] KOLOGRIVOF, Ivan (dir). Ensaio de suma católica contra os sem-Deus. Rio de Janeiro: José Olympio, 1939. p. 380-381.
[17] JOLOWICZ, Herbert Felix; NICHOLAS, Barry. Historical introduction to the study of Roman Law.
[18] JOLOWICZ, NICHOLAS, op. cit., p. 114; COULANGES, op. cit., p. 100-101. Ver tb. The Code of Hammurabi, op. cit., n. 117.
[19] JOLOWICZ, NICHOLAS, op. cit., p. 119; COULANGES, op. cit., p. 102.
[20] COULANGES, op. cit., p. 266.
[21] JUSTINUS, Apología Prima, c. 18: PG 6, 370.
[22] DANIEL-ROPS, op. cit., p. 162; The Code of Hammurabi, op. cit., n. 210, 230.
[23] COULANGES, op. cit., p. 267.
[24] COULANGES, Ibid.; MARROU, Henri Irénée. A history of education in antiquity.
[25] DANIEL-ROPS, op. cit., p. 128.
[26] JOLOWICZ, NICHOLAS, op. cit., p. 133-138, 277.
[27] WEISS, Juan-Bautista. Historia Universal. V. 3. Barcelona: Tipografía La Educación, 1928, p. 390-391.
[28] DANIEL-ROPS, op. cit., p. 132.
[29] HUBY, J., “A religião dos gregos”, in Christus – História das Religiões. São Paulo, Saraiva, 1956, vol. II, p. 514.
[30] WEISS, op. cit., p. 658-659.
[31] DANIEL-ROPS, op. cit., p. 162.
[32] DEMAUSE, Lloyd. Foundations of Psychohistory. New York: Creative Roots, 1982, p 50-53. Conforme muestra el autor, Roma no quedó libre de este problema.
[33] Es el caso por ejemplo de Adriano, cuyo apego enfermizo a un niño fue novelado por Marguerite Yourcenar en “Mémoires d’Hadrien”.
[34] HERÓDOTUS, op. cit. Book 3, “Thalia”, n. 92; Book 8, “Urania”, n. 105.
[35] Ibid., Book 3, “Thalia”, n. 48; Book 6, “Erato”, n. 32.
[36] AFARY, Janet; ANDERSON, Kevin B. Foucault and the Iranian Revolution.
[37] WOHL, Victoria. Love among the Ruins: The Erotics of Democracy in Classical
[38] DEMAUSE, op. cit., p 51. El autor cita a Plutarco, que hace referencia a la existencia del mismo mal también en Roma.
[39] WOHL, op. cit., p. 150; AFARY, ANDERSON, op. cit., p. 148; MARROU, op. cit., p. 26-37.
[40] WOHL, op. cit., p. 226; AFARY, ANDERSON, op. cit., p. 148-149; MARROU, op. cit., p. 31.
[41] WOHL, op. cit., p. 87, 226 et passim; AFARY,
[42] MARROU, op. cit., p. 33.
[43] WOHL, op. cit., p. 4.
[44] MARROU, op. cit., p. 366.
[45] WOHL, op. cit., p. 8, 48; AFARY, ANDERSON, op. cit., p. 144, 145, 150, 151.
[46] JUSTINUS, op. cit, 27: PG 6, 370. Ver también DEMAUSE, op. cit., p. 52-53.
[47] Apología, 50,13.
[48] MINUCIUS FELIX, Octavius, cap. 9; LECLERCQ, Henri, P. Verbete: “Accusation Contre les Chrétiens”, in Dictionnaire d'Archéologie Chrétienne et de Liturgie. V. 1, 1e partie. Paris: Letouzey et Ané, 1924. Cols. 274, 275.
[49] JUSTINUS, op.cit., c. 27.
[50] ARNOBIUS, op. cit., l. 2., n. 70.
[51] LEÃO XIII. Encíclica Immortale Dei. 1/11/1885, n. 28.
[52] WHITE, Lynn. Medieval Religion and Technology.
[53] Ver, por ejemplo, WOODS, Thomas E. How the Catholic Church Built Western Civilization.
[54] La literatura a este respecto es abundante. Ver, por ejemplo, CARROLL, Janell L.; WOLPE, Paul Root. Sexuality and gender in society. New York: HarperCollins College Publishers, 1996: “En efecto, tener un padrastro es uno de los más potentes pronósticos de abuso sexual” (p. 553). FINKELHOR, David. “Child Sexual Abuse”, in ROSENBERG, Mark L.; FENLEY, Mary Ann (editors). Violence in America. A Public Health Approach. Oxford, New York: Oxford University Press, 1991: “Diversos factores se han revelado consistentemente asociados a un mayor riesgo de abuso: (1) cuando un niño vive sin uno de los parientes biológicos, (2) cuando la madre no está siempre al alcance del niño, en virtud de empleo fuera de casa, o por causa de invalidez o enfermedad, (3) cuando un niño relata que el casamiento de sus padres es infeliz o marcado por conflictos, (4) cuando el niño informa que tiene un relacionamiento pobre con sus padres o es sometido a castigos o a abuso infantil, (5) cuando el niño dice tener un padrastro” (p. 85). Según varios estudios, las niñas que viven con padrastros componen el grupo de más alto riesgo. Por tal razón, Finkelhor, una renombrada autoridad en esta materia, piensa que las familias en las cuales hay padrastros deberían ser foco de políticas para prevenir abusos (FINKELHOR, David; and associates. A sourcebook on child sexual abuse.
[55] JENKINS, Philip. Pedophiles and Priests: Anatomy of a contemporary crisis.
[56] Ibid., p. 56.
[57] Ibid., p. 126-128.
[58] TRESE, Leo J. A fé explicada. São Paulo: Quadrante, 2007. p. 147-148.
[59] PAULO VI. Sollemnis Professio Fidei, 19: AAS 60 (1968) 440.
[60] BIFFI, Cardinale Giacomo. Meditazione Gesú di Nazareth, la fortuna di appartenergli. Giubileo Diocesano dei Catechisti, Cattedrale di San Pietro, Bologna, 29/10/2000.
[61] JOURNET, Charles. Il mistero della Chiesa secondo il Concilio Vaticano II. Brescia: Queriniana, 1967, p. 84-85.
[62] Ibid., p. 85.
[63] Ibid., p. 31. Ver tb. CONCILIO VATICANO II, Constitutio dogmática ‘de Ecclesia’ 1,4.
[64] JOURNET, op. cit., p. 91-95.
[65] CONCÍLIO VATICANO II. Sacrossantum Concilium, n. 10.
[66] ARANGÜENA, José Ramón Pérez. A Iglesia. Iniciação à eclesiologia. Lisboa: Diel, 2002. p. 110.
[67] JOURNET, op. cit., p. 89.
[68] KEMPF, Constantino. A santidade da Iglesia no século XIX. Porto Alegre: Barcellos, Bertaso & Cia., 1936. p. 11-12.
[69] CONCÍLIO VATICANO II. Lumen Gentium, n. 15.
[70] BENTO XVI. Discurso. Encontro com os Bispos do Brasil, Catedral da Sé, São Paulo, 11/5/2007.
[71] BENTO XVI, Discurso à Cúria Romana, 22/12/2005.
[72] “Vi otros vientos y enfrenté sin temor otras tempestades” (In L. Calpurnium Pisonem, oratio, 9).
[73] Enarrationes in Psalmos, 103, 2,5; PL, 37, 1353.
[74] Catecismo de
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