Friedrich Nietzsche nació en 1844 en Röcken (Sajonia), y aunque muchos lo catalogan de filósofo, nunca pasó de ser un literato con perversas intenciones de depravar y confundir las incautas almas que pudiesen caer en sus redes. No es requisito el realizar un “esfuerzo de pensamiento” para ser filósofo, sino el buscar sinceramente la Verdad, lo cual muy distante ha estado de Nietzsche.Descendiente de una familia de pastores protestantes polacos, estudió filosofía clásica en la Universidad de Roma, e incluso fue nombrado profesor en la Universidad de Basilea en 1869. Del idioma supo extraer todas sus posibilidades expresivas, musicales y plásticas, siendo considerado uno de los prosistas más originales.
Mas esto no lo habilita como filósofo. Su obra está compuesta por una larga serie de aforismos, relatados en estilo fulgurante y con el objetivo de desorientar al lector para conducirlo por el desvío moral a las mayores depravaciones humanas antinaturales (de lo cual hace apología).Fue autor de la teoría del superhombre, ese ser superior en que el hombre supuestamente podría transformarse, gracias a un heroico esfuerzo constantemente repetido de voluntad e imaginación, gracias a la voluntad de poder. Este superhombre (superman, en inglés) sería alguien dueño de sus actos y pensamientos, gobernándolos sin necesidad de que lo manipulen. Es aquél que sabe lo que tiene que hacer sin que nadie se lo ordene, y lo hace (en realidad, no se trata de nada nuevo, puesto que esos son los actos libres de la persona humana, por lo cual no se trata de ninguna “originalidad”).
Para Nietzsche, el principio de toda moral es el cultivo intensivo de la energía vital y en la voluntad de poder funda una ética individualista y una política oligárquica. Un voluntarismo que en realidad lleva a la locura, tal como condujo al propio Nietzche.Si lo de Nietzche es Filosofía, tenga en cuenta el lector estas palabras: “sucio, repugnante, anticristiano e inmoral” (de su obra “La génesis de la moral”, Ensayo Primero, I in fine, Ed. Bureau, Buenos Aires, 2000)Toda su vida fue un alienado, tanto como aquellos que lo incluyen entre los autores filosóficos. Friedrich Nietzsche, en 1889, terminó su vida en un estado de embrutecimiento absoluto luego de un grave ataque de locura.
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