Al recibir esta mañana a los participantes de
Al dirigirse a los presentes que han tratado en la reunión el tema "La situación actual de la formación sacerdotal en los seminarios", el Santo Padre recordó que "para todos nosotros, el seminario fue un tiempo decisivo de discernimiento y preparación. Allí, en diálogo profundo con Cristo, se fue fortaleciendo nuestro deseo de enraizarnos hondamente en Él".
"En aquellos años, aprendimos a sentirnos en la Iglesia como en nuestra propia casa, acompañados de María,
Al precisar luego que para "lograr presbíteros según el corazón de Cristo", Benedicto XVI indicó que "se ha de poner la confianza en la acción del Espíritu Santo, más que en estrategias y cálculos humanos, y pedir con gran fe al Señor, 'Dueño de la mies', que envíe numerosas y santas vocaciones al sacerdocio, uniendo siempre a esta súplica el afecto y la cercanía a quienes están en el seminario con vistas a las sagradas órdenes".
Por otro lado, prosiguió, "la necesidad de sacerdotes para afrontar los retos del mundo de hoy, no debe inducir al abandono de un esmerado discernimiento de los candidatos, ni a descuidar las exigencias necesarias, incluso rigurosas, para que su proceso formativo ayude a hacer de ellos sacerdotes ejemplares".
Seguidamente el Papa explicó que "hoy más que nunca, es preciso que los seminaristas, con recta intención y al margen de cualquier otro interés, aspiren al sacerdocio movidos únicamente por la voluntad de ser auténticos discípulos y misioneros de Jesucristo que, en comunión con sus Obispos, lo hagan presente con su ministerio y su testimonio de vida".
Para ello, precisó, "es de suma importancia que se cuide atentamente su formación humana, espiritual, intelectual y pastoral, así como la adecuada elección de sus formadores y profesores, que han de distinguirse por su capacitación académica, su espíritu sacerdotal y su fidelidad a
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