miércoles, 25 de junio de 2008

LA ROSA Y LAS ESPIGAS

Aquí me pongo a contemplar mi tierra,heredad desolada y dolorida.Aquí en la angustia de las impotenciasme duelen sus heridas,biología que viene de trasplantes,de injertos sin arraigo y sin semilla.
Aquí el Gran Sembrador trazó los surcosy ayuntóse la sangre de Castillacon el humus fragante de las pampas;y nacieron la rosa y las espigasque la mano de Dios hizo fecundas,que el tigre y el zorzal llamó Argentina.En esta tierra se acunó el asombrocuando la Cruz de redención divinase irguió como testigo entre la selvade aquella fundadora gesta antigua;y en esta geografía sin distancias,—como una flor o un pájaro que libala ambrosia triunfal de las auroras—,primogénita nació esta Patria niña.
Mas no supimos conservar la herenciaen que la fuente y las raíces prístinasdieron la savia y el vigor perennesa la rosa también y a las espigas.La roña de los tiemposy la bestia del mundo, apocalíptica,corroyeron la entraña y vomitaronsu pócima de odio y de mentira;porque todo un turbión de segadoresal filo de sus hoces y cuchillashan segado a la Patria honras y gloriapara ser en mercado bien vendida,en ofrenda ritual y en holocaustode sabáticos dioses de su alquimia.
Más nunca será tarde: una coronaceñiremos de rosas y de espigas.Atada la verdad a las moharras,como en las chuzas de la Patria antigua,centauros volarán sobre su tierray arcángeles flamígeros un díaatronarán su hermosa geografía¡restaurando las glorias de Argentina!


Miguel Ángel Ferreyra Liendo

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