Al recibir a los obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras, al final de su visita "ad limina", el Papa Benedicto XVI explicó que una "buena legislación" no basta para hacer resplandecer "la verdad y belleza del matrimonio", sino que se requiere una ardua labor cultural y de catequesis.
El Santo Padre señaló que el matrimonio y la familia son "un ámbito de singular atención pastoral" pues su "solidez y estabilidad" beneficia "a la Iglesia y a la sociedad".
"A este respecto, es justo reconocer el paso importante que se ha dado al incluirse en la Constitución de vuestro país un reconocimiento explícito del matrimonio, aunque bien sabéis que no basta poseer una buena legislación si después no se realiza esa necesaria labor cultural y de catequesis que haga resplandecer la verdad y la belleza del matrimonio, verdadera alianza perpetua de vida y amor entre un hombre y una mujer", indicó.
Asimismo, señaló que "el pueblo hondureño se caracteriza por un profundo espíritu religioso que se manifiesta, entre otras cosas, en las numerosas y arraigadas prácticas de devoción popular, las cuales, debidamente purificadas de elementos extraños a la fe, deben ser un instrumento válido para el anuncio del Evangelio. Por otro lado, y como sucede en otras partes, la difusión del secularismo, así como el proselitismo de las sectas, es fuente de confusión para muchos fieles, y provoca además una pérdida del sentido de pertenencia a la Iglesia".
"La constatación de las enormes dificultades que se oponen a vuestra misión pastoral, lejos de llevar al desánimo ha de servir para impulsar una extensa y audaz labor de evangelización, que se apoye, más que en la eficacia de los medios materiales o de los proyectos humanos, en el poder de la Palabra de Dios, acogida con fe, vivida con humildad y anunciada con fidelidad", agregó.
Benedicto XVI también subrayó que en la "urgente tarea de anunciar la Buena Nueva de la salvación" era "inestimable" la ayuda de los sacerdotes, e invitó a los prelados a poner siempre al servicio del Seminario "los mejores formadores y los medios materiales convenientes, para que los futuros sacerdotes adquieran esa madurez humana, espiritual y sacerdotal que los fieles necesitan y tienen derecho a esperar de sus pastores".
Asimismo recordó que "a pesar del incremento de las vocaciones en los últimos tiempos, la escasez de presbíteros" era "con razón, una de las principales preocupaciones".
"Al igual que el anuncio de la Palabra y la celebración de los sacramentos, el servicio de la caridad forma parte esencial de la misión de la Iglesia", afirmó el Papa. Por eso "los obispos, como sucesores de los Apóstoles" deben ser "los primeros responsables de este servicio de caridad en las Iglesias particulares".
"Sé bien cuánto os aflige la pobreza en la que viven tantos compatriotas vuestros, junto al aumento de la violencia, la emigración, la destrucción del medio ambiente, la corrupción o las carencias en la educación, entre otros graves problemas. Como ministros del Buen Pastor habéis desplegado, de palabra y de obra, una intensa labor de ayuda a los necesitados. Os exhorto vivamente a seguir mostrando en vuestro ministerio el rostro misericordioso de Dios, potenciando en todas vuestras comunidades diocesanas y parroquiales un extenso y capilar servicio de caridad, que llegue de modo especial a los enfermos, a los ancianos y a los encarcelados", concluyó.
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