Aquel que vote positivamente la reforma de interrupción del embarazo que tramita el Parlamento se convertirá en "pecador público" y no podrá comulgar, según manifestó hoy el portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Antonio Martínez Camino.
"Esto vale para todos los católicos de cualquier partido. Por encima de lo que diga el propio partido", aseguró Martínez Camino en un desayuno informativo en Madrid.
La nueva ley del aborto impulsada por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero supondrá una despenalización legal de la interrupción voluntaria del embarazo y permitirá que la mujer pueda abortar en el transcurso de un plazo determinado -previsiblemente las primeras 14 semanas de embarazo- sin tener que alegar motivos.
Quienes voten a favor de esa ley, dijo Camino, estarán "en situación objetiva de pecado público mortal" y quienes "están en pecado público mortal no pueden ser admitidos a los sacramentos".
Según informa la agencia DPA, los parlamentarios que apoyen la nueva normativa, además, podrían caer en herejía, ya que para la Iglesia católica el aborto supone quitar la vida a un ser humano.
Así, quien lo defiende entra "en contradicción con la fe divina católica" y, apuntó el prelado, "caería en herejía y en la excomunión ’latae sententiae’ aparejada a la herejía"
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