Cristo Rey vino a traernos “agonía”, vino a traernos lucha: “No penséis que vine a poner paz en la tierra, no vine a poner paz, sino espada... El que halle su vida la perderá, y el que la perdiere por amor a Mí, la encontrará” (Mt 10, 34- 39). También el cristiano, si quiere salvarse, tiene que vivir su agonía.
“Al cristianismo hay que definirlo agónicamente, polémicamente, en función de lucha”:
Lucha a muerte entre la razón y la fe:¡Agonía de la razón para vencer la tentación de racionalismo!
Lucha a muerte entre los sentidos y la voluntad:¡Agonía del corazón para vencer la tentación de sentimentalismo!
Lucha a muerte entre la libertad y la obediencia:
¡Agonía del hombre para vencer la tentación de liberalismo!
Y por si este martirio fuera poco, el martirio de los “oprobios e injurias”, de las incomprensiones y persecuciones, inseparables del seguimiento de Cristo; mira la cruz…
La Cruz es el triunfo rotundo del Amor!
¡El Amor vence!
¡He ahí el genuino significado de la Realeza de Cristo!
Estaba escrito: “¡DIOS REINARA DESDE EL MADERO!”
¡¡¡VIVA CRISTO REY!!!
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